IDEAS PRINCIPALES TEXTO: SOBRE EL DESCRÉDITO DE LA LITERATURA Y OTROS AVISOS HUMANISTAS
AUTOR: CARLOS GARCÍA GUAL
I. LEER A LOS CLÁSICOS Y ELEGIRLOS
- Juan Valera explica que son escasas las obras maestras que gozan de una fama imperecedera y según él, hay tres modos principales que suele emplear el lector para rechazar a los clásicos:
- Se echa la culpa a sí mismo, reconociendo que carece de la educación estética o de la aptitud moral para penetrar el sentido de lo que lee.
- Echando la culpa al traductor, decidiendo que éste lo ha estropeado todo.
- Otros aducen la responsabilidad al autor del texto.
- Valera explica que el rechazo a los clásicos en España se diferencia de otros países europeos debido a que dicha lectura se realiza casi siempre a través de intermediarios (traductores) y la calidad de dicha versión es responsable en cierta medida del aprecio o rechazo que un autor clásico inspire.
- Jorge Luís Borges, en su ensayo “Sobre los clásicos” expresa que un CLÁSICO es un libro que las generaciones leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad.
- Un clásico no es un libro escrito de cierto modo, sino leído de cierto modo; cuando leemos un libro como si nada en ese libro fuera azaroso, como si todo tuviera una intención y pudiera justificarse, entonces, ese libro es un libro clásico.
- Enfatiza el rol de la lectura más que en el mérito intrínseco del escrito, en el fervor y la atención con que ha sido leído y se mantiene respetado. (Estética de la recepción).
- Apunta que junto a los clásicos universales hay unos clásicos nacionales, pero también hay unos PERSONALES donde cada uno elige, entre los grandes autores y libros, aquellos que él decide leer con esa profunda y misteriosa lealtad, porque en ellos encuentra una voz amiga y un diálogo que desligado de urgencias cotidianas y enfoques mezquinos, nos invita siempre a sentir más y ver mejor el mundo.
- Se supone que un libro clásico es un libro leído con respeto.
- Los clásicos nos vinculan a una tradición literaria de modo singular. La amplitud de la selección de esas lecturas distingue un lector (y un escritor) de otro, y todo lector hace una selección personal. Cada uno escoge a sus clásicos.
- Si los clásicos son los libros que el fervor y la lealtad de los lectores, han salvado de la ruina y el olvido, esos libros poseen unos méritos propios, ya que han resistido el paso del tiempo. El haber perdurado, venciendo los cambios del gusto y las variaciones en la apreciación literaria y las modas de distintos signos, es una garantía de hondura y de su interés y belleza.
- A. Schopenhauer: Para éste, los clásicos son esa literatura permanente, que está en la base de la permanente revolución cultural.
- Italo Calvino: expone en Por qué leer a los clásicos que leer y releer esos autores predilectos e inagotables se vuelve una tarea ilusionada, aventurera e infinita.
- Un clásico es aquel que sale enriquecido de sus interpretaciones y comentarios, que no agotan su hondura y revelan aspectos nuevos de su texto reiteradamente abierto.
- “Se llama clásicos a los libros que constituyen una riqueza para quien los ha leído y amado, pero que constituyen una riqueza no menor para quien se reserva la suerte de leerlos por primera vez las mejores condiciones para saborearlos”.
- “Los clásicos son libros que ejercen una influencia particular, ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconde en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo e individual”.
- Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone”.
- Tanto Calvino como Borges inciden en el interés de conservar en la memoria esos textos, en su forma un tanto fantasmal y esquemática, como fuente de placer e inspiración. Además defienden sus clásicos por ser interesantes, profundos, sugestivos y buenos amigos para ratos largos. Aquí ya no hay enfrentamiento de “clásicos antiguos” y “modernos”.
- Cada lector selecciona, por afinidades electivas a sus clásicos.
- Los grecolatinos son los clásicos más antiguos de nuestra tradición.
- Leer un clásico es encontrar una voz amiga, aparentemente distante y, sin embargo, sorprendentemente vivaz.
II. APUNTES Y REFLEXIONES SOBRE EL CANON
- EL canon como selección de textos de finalidad didáctica, una lista bien fijada de los grandes maestros de la escritura.
- En la antigüedad esta lista de auctores, leídos y comentados en las escuelas formaba un canon escolástico que tuvo notoria vigencia.
- H. Bloom: “Una selección de libros hecha por nuestras instituciones de enseñanza”. Sostiene que un canon debe fundarse en la autonomía del valor estético.
- D. Fokkema: “Un canon de literatura puede ser definido a grandes trazos como una selección de textos bien conocidos y prestigiosos, que son usados en la educación y que sirven como marco de referencia en el criticismo literario”.
- El canon supone una constante relación entre textos inmutables y unos comentarios continuamente cambiantes, que los glosan y presentan a los lectores.
- Se concede a esos textos una ejemplaridad normativa por su extraordinario “valor estético”.
- Un canon actual se enfrenta a la diversidad de leguas literarias. No es posible separar los valores estéticos del contenido y los de forma. Y además quien hace la selección pertenece a un ámbito lingüístico, lo que influye en la percepción de esos valores estéticos. (parcialidad del seleccionador por los conocimientos de su lengua y tradición literaria).
- En cuanto a la postura de Bloom, éste evidencia una predicción por el canon occidental, una perspectiva miope, que olvida dónde se enraíza la gran tradición cultural de Occidente.
- Toda selección canónica está condicionada por unos valores culturales determinados por una estimación socia que está más allá de una decisión individual. El canon es una institución literaria ligada a hábitos y prestigios de civilización y cultura, mantenida por una pedagogía que pretende mantener unos valores sociales, propugnando una distinción entre los cultos y los incultos a través de ese dominio de un lenguaje y un bagaje literario definido.
- Hay que pensar en una lista abierta, no sólo porque sus lecturas resultarán de un interés extraordinario en la didáctica de la literatura y en el dominio de los grandes temas culturales sino también por su proyección en una ética liberal y humanista.
III. SOBRE EL “CANON” DE LOS CLÁSICOS ANTIGUOS.
- El filólogo D. Ruhnken fue quien introdujo el término CANON en la crítica literaria, con el sentido de “lista de autores selectos de un género literario”. Sin embargo, desde el período helenístico los filólogos del Museo de Alejandría realizaban una lista de los autores más destacados y modélicos en los géneros literarios clásicos.
- El canon helenístico atiende a una finalidad didáctica e institucional, y tiene una notoria importancia para la tradición y transmisión cultural.
- En la reglamentación de las Constitucionales eclesiásticas se llamaron cánones las reglas que eran admitidas como fundamentales y canónicos eran los textos o libros que representaban la doctrina ortodoxa, que se ajustaban a ese “canon” doctrinal amparado por la autoridad de la Iglesia y contribuían a fijarlo.
- Mientras esos textos canónicos representaban una lista para siempre, no susceptible de ampliaciones, definida por una firme autoridad que garantiza su inspiración divina, un canon literario tiene poco que ver con esa aura legal.
- La selección se hace por un criterio estético y no moral o político. Según cambian los gustos literarios, con el paso de los siglos ese “canon” literario se ve expuesto a cambios. Todo canon parece tener una limitación histórica y un valor provisional.
- El problema de un canon se complica cuando aparecen varias lenguas y varias tradiciones culturales. En cierta medida el valor literario de un texto está ligado a la lengua y la cultura y el juicio del crítico está a su vez guiado o influido por su propia lengua y tradición nacional.
- Siempre hay que contar con los cambios de sensibilidad en la percepción de los valores estéticos e incluso éticos de los textos antiguos.
- La antigüedad no es ya la garantía de la aceptación de un autor o un texto como clásico, y la valoración de los autores considerados clásicos cambia con las épocas.
- Los autores clásicos antiguos, griegos y romanos, son los que más siglos han resistido los vaivenes de las corrientes estéticas de todos los tiempos, sujetos a modas y variaciones, de acuerdo con el fervor de un público que los sostiene o los olvida.
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