jueves, 26 de agosto de 2010

SESIÓN 4 (25 DE AGOSTO DE 2010)

Max Eastman niega que el espíritu literario pueda descubrir la verdad, pues trata de crear la impresión de que éstas exponen “verdades.” Los textos crean similitud pero no dejan de ser ficciones que hablan y retratan una realidad. El autor puede presentar sus “verdades”, y si esta visión tiene acogida , puede perdurar en el tiempo y convertirse en una verdad colectiva.

Consulta: EL" NADAÍSMO" Y SUS CONTEMPORÁNEOS
El Nadaísmo, se constituyó en los años 60 en la más irreverente propuesta literaria contra el ambiente cultural establecido, la academia, la iglesia y la tradición colombiana, acorde con varios movimientos vanguardistas que se gestaban de forma paralela en América latina y el mundo. Liderado por Gonzalo Arango, El Nadaísmo reclutó a varios jóvenes de distintas regiones del país, quienes redactaron varios Manifiestos con sus propuestas y apreciaciones del entorno.La muerte trágica de su fundador Gonzalo Arango y de varios de sus integrantes, hizo que el movimiento nadaista llegará a su fin de manera prematura dejando su iconoclasia como legado al parnaso literario nacional. Autores como Mario Rivero, Eduardo Gómez, Germán Espinosa, José Manuel Arango, Giovanni Quessep entre otros, marcharon cronológicamente con los nadaistas pero estética y literariamente mantuvieron su independencia e insularidad, tanto en sus vidas como en sus obras. El nadaísmo sigue siendo materia de estudio, pues constituyó una auténtica revolución literaria en la Colombia de mediados del siglo XX. Tiene por inspirador principal las obras del filósofo Fernando González y se enmarca definitivamente en los métodos llamativos surrealistas.
El nadaísmo es antes que nada obra e inspiración de Gonzalo Arango, cuyo objetivo era, como él mismo lo define en el primer Manifiesto, "No dejar una fe intacta ni un ídolo en su sitio". El movimiento corresponde a la década de los 60 y reunió jóvenes escritores cuyo talento crearía una verdadera escuela de la literatura nacional. Los primeros nadaístas con Arango fueron Amílcar Osorio, quien se firmaba Amilkar U y Eduardo Escobar. Vendrían después Elmo Valencia y Jotamario Arbeláez. En principio las ciudades de Medellín y Cali serían los principales escenarios para el desarrollo del nadaísmo, pero bien pronto tendría una trascendencia nacional. El nadaísmo manifestaba su inconformidad con el orden social reinante del bipartidismo político, el conservadurismo social, la burguesía y las revoluciones de masas con fines totalitarios. Era un movimiento bohemio dedicado a la poesía, el cual el mismo Arango dio por terminado a principios de los 70, pero que fue continuado por muchos de sus seguidores incluso hasta principios del siglo XXI en personajes como Jotamario Arbeláez y Eduardo Escobar.
LA SALVAJE ESPERANZA - GONZALO ARANGO (1931-1976)

Éramos dioses y nos volvieron esclavos.Éramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.Éramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.Éramos felices y nos civilizaron.Quién refrescará la memoria de la tribu.Quién revivirá nuestros dioses.Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,querida alma inamansable.
RUEGO A NZAME - JAIME JARAMILLO ESCOBAR (Nadaísta)
Dame una palabra antigua para ir a Angbala,con mi atado de ideas sobre la cabeza.Quiero echarlas a ahogar al agua. Una palabra que me sirva para volverme negro,quedarme el día entero debajo de una palma.Y olvidarme de todo a la orilla del agua. Dame una palabra antigua para volver a Angbala,la más vieja de todas, la palabra más sabia.Una que sea tan honda, como el pez en el agua. ¡Quiero volver a Angbala!
PIEDRACIELISMO
Otro movimiento de la poesía colombiana, es el Piedracielismo, surgido en 1933, fecha en que bajo el nombre de Piedra y Cielo (Nombre que evoca un libro de Juan Ramón Jiménez) se publican unos cuadernos de poesía, dirigidos por el poeta Jorge Rojas (1911-1995), cuadernos en que empiezan a colaborar quienes más tarde integrarían el Piedracielismo. Su promotor, Eduardo Carranza (1912-1985), enfrentado al parnasianismo imperante de Guillermo Valencia, se lanza pluma en ristre contra el maestro, creando un nuevo entusiasmo lírico nacional con imágenes tan sorprendentes como «el arroyuelo azul en la cabeza» de la musa inspiradora de su más declamado soneto «Teresa». Por esa razón fue muy importante este movimiento para la región colombiana.
El parnasianismo fue movimiento literario francés de la segunda mitad del siglo XIX que surgió como reacción contra el Romanticismo, el subjetivismo y el socialismo artístico. El parnasianismo retorna a la temática griega y latina, construyendo una escuela literaria que va más allá de la asimilación de la temática clásica, para romper con el principio romántico de la pasión.
El piedracielismo habría sido, así, una propuesta de jóvenes de derechas que uno de ellos, hijo de terratenientes, financió para sus amigos, incluyendo a Eduardo Carranza. Y su poesía (la de Carranza) resultaría (entonces) amanerada, calcada de cierta poesía purista española del 27, frívola, a veces sentimentaloide.Las características iniciales de ese grupo fueron, entre otras muchas, la hipersensibilidad, la emotividad y la insolencia contra las formas consagradas y canonizadas.
Galope súbitO - Eduardo Carranza.
A veces cruza mi pecho dormidouna alada magnolia gimiendo,con su aroma lascivo, una campanatocando a fuego, a besos,una soga llaneraque enlaza una cintura,una roja invasión de hormigas blancas,una venada oteando el paraísojadeante, alzado el cuellohacia el éxtasis,una falda de cámbulos,un barco que da tumbospor ebrio mar de noche y de cabellosun suspiro, un pañuelo que delirabordado con diez letrasy el laurel de la sangre,un desbocado vendaval, un cieloque ruge como un tigre,el puñal de la estrella fugazque sólo dos desde un balcón han visto,un sorbo delirante de vino besador,una piedra de otro planeta silbandocomo la leña verde cuando arde,un penetrante río que busca locamentesu desenlace o desembocaduradonde nada la Bella Nadadora,un raudal de manzana y roja miel,el arañazo de la ortiga más dulce,la sombra azul que baila en el mar de Ceilán,tejiendo su delirio,un clarín victorioso levantado hacia el alba,la doble alondra del color del maízvolando sobre un celeste infiernoy veo, dormido, un precipicio súbitoy volar o morir...A veces cruza mi pecho dormidouna persona o viento,un enjambre o relámpago,un súbito galope:es el amor que pasa en la grupa de un potroy se hunde en el tiempo hacia el mar y la muerte.
Autores mencionados y lecturas realizadas:

Pablo Neruda: Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto[ (Parral, 12 de julio de 1904 – Santiago de Chile, 23 de septiembre de 1973) conocido por el seudónimo y, más tarde (1946), el nombre legal de Pablo Neruda, fue un poeta y militante comunista chileno, considerado entre los mejores y más influyentes de su siglo, siendo llamado por el novelista Gabriel García Márquez "el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma".[] También fue un destacado activista político, siendo Senador de la República, integrante del Comité Central del Partido Comunista y pre-candidato a la Presidencia. Entre sus múltiples reconocimientos destacan el Premio Nobel de Literatura en 1971 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford. En palabras del crítico Harold Bloom, "ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él".

Fragmento “Residencia en la tierra”

Como cenizas, como mares poblándose,en la sumergida lentitud, en lo informe,o como se oyen desde el alto de los caminoscruzar las campanadas en cruz,teniendo ese sonido ya aparte del metal,confuso, pesando, haciéndose polvoen el mismo molino de las formas demasiado lejos,o recordadas o no vistas,y el perfume de las ciruelas que rodando a tierrase pudren en el tiempo, infinitamente verdes. Aquello todo tan rápido, tan viviente,inmóvil sin embargo, como la polea loca en sí misma,esas ruedas de los motores, en fin.Existiendo como las puntadas secas en las costuras del árbol,callado, por alrededor, de tal modo,mezclando todos los limbos sus colas.Es que de dónde, por dónde, en qué orilla.El rodeo constante, incierto, tan mudo,como las lilas alrededor del convento,o llegada de la muerte a la lengua del bueyque cae a tumbos, guardabajo, y cuyos cuernos quieren soñar. Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir.entonces, como aleteo inmenso, encima,como abejas muertas o números,ay, lo que mi corazón pálido no puede abarcar,en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,y esfuerzos humanos, tormentas,acciones negras descubiertas de repentecomo hielos, desorden vasto,oceánico, para mí que entro cantandocomo con una espada entre indefensos. Ahora bien, de qué está hecho ese surgir de palomasque hay entre la noche y el tiempo, como una barrancahúmeda?Ese sonido ya tan largoque cae listando de piedras los caminos,más bien, cuando sólo una horacrece de improviso, extendiéndose sin tregua. Adentro del anillo del veranouna vez los grandes zapallos escuchan,estirando sus plantas conmovedoras,de eso, de lo que solicitándose mucho,de lo lleno, obscuros de pesadas gotas.

Gonzalo Arango Arias (1931 - 1976) fue un escritor y poeta colombiano. En 1958 fundó el nadaísmo, movimiento de vanguardia de repercusión nacional, que intentó romper con la Academia de la Lengua, la literatura y la moral tradicionales. Arango murió en un trágico accidente en la ciudad de Tocancipá en 1976 cuando estaba planeando un viaje definitivo a Londres para que "los colombianos al perderme... me ganen".

Fragmento: “Manifiesto nadaísta al homosapiens”

"... Pateamos la piedra tumbal y resucitamos. Sonó la hora de bautizar la tierra con una nueva barbarie purificadora- El planeta hiede a almas muertas. No más resignación, no mas quietud, no mas derrotismo. Se abre el proceso, vamos a acusar, a enterrar a los muertos, a limpiar la tierra de excrementos, ¡vamos a vivir!, nuestro mensaje es de muerte, seremos tiernos como verdugos. De éste apocalipsis sólo se salvarán los vivos. Nuestro diluvio es de odio. No perdonaremos. No hay que ser blandos ni compasivos. Hay que ser crueles, insobornables al bien. Hay que ser peores que virtuosos. Hay que consumar la muerte del humanismo en esta región del espíritu donde el hombre está muerto: en sus ilusiones. La razón es una rata muerta: hiede. Un vaho de putrefacción asciende de los poros hasta el alma, infecta la carne, la vida, el planeta... Todos los valores de esta civilización maxfactorizada y marxista hay que arrojarlos a la cañería sin excepción. El hombre está corrompido desde la cabeza hasta el coxis, hay que dementalizar la carne, adonizar el espíritu. Nuestra literatura será el purgante para que el hombre, en vez de caca, defeque sus razones... Para que el hombre no sea aniquilado, para que el espíritu no sea sentado en la silla eléctrica, para que un resto de dignidad animal no nos sea arrebatado por esta civilización de acero, los nadaístas prometemos hacer un arte de ignominia que consista en aplastar al hombre sobre un water closet hasta que se eleve, como por encima de un pedestal, en sus propios excrementos, y sienta que todo eso perfumado que llamaba los Valores, no era más que un montón de Mierda..."

Libro: Metamorfosis del jardín (poesía reunida)

Giovanni Quessep: Poeta y ensayista colombiano nacido en San Onofre, Sucre, en 1939. Estudió Filosofía y letras en la Universidad Javeriana de Bogotá, y en Italia se especializó en poesía del Renacimiento y Lectura Dantis. Desde 1992, es Doctor Honoris Causa en Filosofía y letras de la Universidad del Cauca de la cual es profesor de Literatura. Ha sido colaborador de prestigiosas revistas y está considerado como uno de los poetas capitales de la segunda mitad del siglo en Colombia.De su amplia obra poética merecen destacarse las siguientes publicaciones: «Después del paraíso» en 1961, «El ser no es una fábula» en 1968, «Duración y leyenda» en 1972, «Canto del extranjero» en 1976, «Madrigales de vida y muerte» en 1978, «Muerte de Merlín» en 1985 y «Antología poética» en 1993. «Brasa lunar» su libro más maduro, obtuvo el Premio Nacional de Poesía José Asunción Silva 2004.

Mientras cae el otoño

Nosotros esperamos envueltos por las hojas doradas. El mundo no acaba en el atardecer, y solamente los sueños tienen su límite en las cosas. El tiempo nos conduce por su laberinto de hojas en blanco mientras cae el otoño al patio de nuestra casa. Envueltos por la niebla incesante seguimos esperando: La nostalgia es vivir sin recordar de qué palabra fuimos inventados.

Aurelio Arturo Martínez: Poeta colombiano nacido en La Unión, Nariño, en 1906. Doctor en Derecho por el Externado de Colombia, publicó, en 1928, cuando todavía era estudiante, sus primeros poemas en la revista Universidad, dirigida por el intelectual Germán Arciniegas. Dedicado por entero al ejercicio profesional, ejerció algunos cargos públicos como Secretario General del Ministerio de Trabajo y funcionario del Ministerio de Defensa. La poesía y la traducción las practicó en sus ratos libres pero de manera constante. En 1963 se editó su único libro, «Morada al Sur» por el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Guillermo Valencia. Meses antes de su muerte recibió el doctorado Honoris Causa en Filosofía y Letras por la Universidad de Nariño. Murió en Bogotá en 1974.

Sequía

Porque la sed había herido toda cosa,todo ser, toda tierra de hombres…Y nunca más volvería la lluvia.Y moría la aldea en el silencio de bronce.Los flacos perros alargaban sus lenguas hasta lasgalaxias.¿Y sólo en secreto saben hablar los bosques?Y la sed enseñaba palabras procaces,era un recuerdo de savias y frutas,era un lirio de hielo abierto en todo el cielo.y dijo el hombre: aquí junto a mi lechoperros de sed y fuego saltan a mi garganta...Pero más allá de las lontananzasoigo venir la lluvia danzando jubilosacon violetas y rosas,la siento venir en distancias de años,sus pies menudos, finos y saltarines.Si lloviera en la aldea,sobre los valles que bostezan secos,si lloviera sobre las alfombrasdel monte,sobre la noche de rocas amarillas.Una delgada aguja había,perdida,en la profusa sombra,una agujita de agua.Y la joven madre cobrizainclinada y desnuda como hoja de plátano,prendido de sus senostiene un hijo de barro,otros días los cielos tímidos descendíana picotear los granos en su palma de greda.¿Dónde el agua desnuda,el agua que brilla y canta?El agua es en la noche como una luz opaca.Y esa palabra húmeda sonando lejos en el monte.Ese fresco tambor no se sabe en dónde.

REFLEXIÓN
Creo que la característica de cada uno de estos autores, cada uno en su estilo, es la necesidad de plasmar por medio de palabras lo que está pasando a su alrededor. En el caso de Gonzalo Arango se percibe un pensamiento bastante politizado, y el “Manifiesto nadaísta al homosapiens” me parece como un grito a carne viva, que expresa su desespero de una sociedad manipulada y dormida. De hecho, considero que incluso su intención es similar a la de Jorge Zalamea en “El sueño de las escalinatas”, pues ambas develan un alto compromiso social.
El legado de estos autores, va más allá de las palabras, son posturas de hombres que expresan lo piensan, como mejor saben hacerlo.
CIBERGRAFÍA
·http://es.wikipedia.org/wiki/Nada%C3%ADsmo,
·http://poemas-celebres.blogspot.com/2009/09/eduardo-carranza-y-el-piedracielismo.html ·http://www.casadepoesiasilva.com/carranzaporcarranza.htm ·http://www2.cyberhumanitatis.uchile.cl/17/colombia5.html ·http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Neruda ·http://www.literaterra.com/pablo_neruda/residencia_en_la_tierra/ ·http://es.wikipedia.org/wiki/Gonzalo_Arango
·http://amediavoz.com/quessep.htm#No%20tenemos%20conjuros
·http://amediavoz.com/arturo.htm

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