El editorial del día de hoy del Espectador nos recuerda una vez más como las comunidades indígenas en Colombia continúan siendo víctimas dentro de su propio territorio de persecución y exterminio.
No basta con ser unas comunidades casi olvidadas por el gobierno local y nacional sino también, terminan siendo los afectados directos dentro de este conflicto interno, en donde sus voces pocas veces son escuchadas, condenándolos irremediablemente a lo peor que se puede padecer, el olvido.
A continuación expongo el link del editorial:
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