viernes, 23 de octubre de 2009

DE LA MANO DE UN GRANDE

CRÓNICA En esa helada tarde de marzo, el vertiginoso galopar de los caballos arrastran con furia el carruaje que lleva a Anna Holtz a su último encuentro con su mentor. Absorta en sus pensamientos, su mente es invadida por notas musicales densas, acompañadas de una rítmica obsesiva y modulaciones difíciles, minuto a minuto las dudas comienzan a disiparse al son de cada compás, logrando entender al fin la belleza de aquel sonido disonante y distinto que por tanto tiempo la perturbó…
Domando a ‘la Bestia’
Recuerda que la primera vez que lo vio fue un 4 de mayo de 1824, sólo a pocos días de que él, el gran Beethoven hiciera historia con la Sinfoníanº 9 Op. 125 en re menor; conociendo de antemano que era un hombre difícil de seguirle el paso, complejo, neurótico y sumamente apasionado. Desde aquel primer encuentro fue víctima de su arrogancia, pero Anna, determinada a aprender de uno de los mejores, aguantó con paciencia esperando a que llegara el momento de mostrarle algo que atesoraba con celo, su propia producción.

Con dedicación y empeño fue comprendiendo la genialidad y el corazón solitario de quien hasta ahora había sido un dios terrenal, analizó cada una de sus travesías musicales que le permitieran adquirir una destreza que no hubiera podido alcanzar de otra forma, porque como bien lo sabía, cualquier proceso creativo requería disciplina y la referencia de aquellos que sobresalen en el campo.

Después de arduas y largas jornadas de trabajo, de convivencia con el genio y su volatilidad, llegó el tan esperado estreno, un 7 de mayo en el que Beethoven alcanzaría la inmortalidad. El maestro dando licencia a su hermetismo, desnudó su alma ante su discípula poco antes de presentar su obra en el Teatro de la Corte Imperialde Viena, expresándole unas palabras que quedarían grabadas en el corazón de Anna por siempre:

“Las vibraciones en el aire son el aliento de Dios, hablándole al alma de los hombres. La música es el lenguaje de Dios. Los músicos están lo mas cerca de Dios que un hombre puede estar, escuchamos su voz, leemos sus labios, damos luz a los niños de Dios, vemos sus plegarias. Eso es lo que los músicos son, Anna Holtz”, “Todos piensan que vivo en el silencio, no es verdad. Mi cabeza es constantemente llenada con sonidos, nunca se detiene, el único alivio que tengo es escribirlo…”

Escucha la voz que está dentro de ti

Los colores del arco iris invadieron los lienzos, al tiempo que los pensamientos se hicieron escritura y las notas del pentagrama, pues éstas adquirieron su forma hasta convertirse en música; detrás de estos elementos, unos seres especiales, seres elegidos que han sido bendecidos con un don, pero que deben trabajar para desarrollarlo porque sino sería como tener en las manos un cascarón de oro vacío por dentro.

Al abordar su trabajo con la técnica que le han enseñado sus tutores, a sus cortos 23 años, Anna se topa con el mismo dilema que enfrenta quienes se dedican al arte de crear, no importa si se es músico, escritor, pintor o bailarín. Va más allá de la aplicación de estructuras inamovibles, es la gestación de algo tan íntimo que exige una entrega total y absoluta, en donde se deja hasta la última gota de sudor y sangre; por esto, el acto de la creación es tan titánico que se convierte a veces en una lenta agonía.

Ahora que se dispone a darle el último adiós a quien la guió por el complejo mundo de la composición, Anna recuerda vívidamente una extraña conversación que sostuvo con él, la cual no fue capaz de comprender sino hasta ahora:

- …Tienes que dejar de pensar en términos e inicio y final, le dijo él… Esto es algo viviente, como las nubes tomando forma o el cambio de las mareas….Mientras una idea muere, una nueva nace… En tu trabajo estás muy obsesionada con la estructura, con elegir la forma correcta, tienes que escuchar a la voz que está dentro de ti.

- Me está diciendo que debo encontrar el silencio en mí para así poder escuchar la música, replicó ella con duda.

- Sí, sí, sí, el silencio es la clave, le contestó su maestro. Yo realmente no la escuchaba hasta que me quedé sordo, ahora quiero que tu te quedes sorda mi niña.

Pasados unos años, Anna finalmente lo ha conseguido, la deuda finalmente ha quedado saldada y ahora ya es libre.

Le ha llegado la hora al maestro… ¡VIVA SU MÚSICA, VIVA EL GENIO!

CIBERGRAFÍA

.Foto Anna Holtz, “Moviepilot”, consulta realizada el 18 de octubre de 2009, http://es.moviepilot.com/files/images/0001/2084/12084_article.jpg

.Foto Beethoven, consulta realizada el 18 de octubre de 2009, https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlHAnXpSxCsp8TNzQxMd1321r19bq3sjTkOookZ6Zxkih1J9zAhbO6vD9cx2J_3LwRdUJEvivSF6esAk6H71irwh4BexTsXUfk-hW_hdh-cp5B8FanXt8krPo1gqfDH-gN71P3_Q9pDQ/s400/beethoven460.jpg

.WIKIPEDIA, Ludwig Van Beethoven, Consulta realizada el 18 de octubre de 2009, http://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_van_Beethoven

.WIKIPEDIA, Novena Sinfonía de Beethoven, Consulta realizada el 18 de octubre de 2009, http://es.wikipedia.org/wiki/Sinfon%C3%ADa_n.%C2%BA_9_(Beethoven)

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